VIRGEN DE
FÁTIMA
(Barriada
Lancha de Cenes-Granada)
La Patrona
de esta Barriada es La Virgen de Fátima que se celebra el 13 de
mayo. En los años 1.960 al 70 del siglo XX, la fiesta se vivía de
una forma muy diferente a lo que se hace en la actualidad.
Cuando se
iba acercando la fecha, se veía un movimiento de expectación y de
alegría, por el feliz acontecimiento que se esperaba que resultara mejor
que él año anterior. La gente se volcaba para que fuese más bella
y ayudaban en lo que se les pedía. De antemano las viviendas se
habían encalado para que resultaran bonitas y no faltase ningún
detalle y que resaltara todavía más. Esos días se esperaban con
gran júbilo durante el resto del año.
Cuando la
Virgen en su día salía por la barriada era espectacular, los
vítores a la patrona de la barriada, unas personas lloraban de
alegría, otras le cantaban, le rezaban, le aplaudían. Cada uno le
mostraba sus sentimientos según le cogía en esos momentos, me
recuerdo de dos Sacerdotes Él Padre Alonso éste no lo conocí mucho,
aunque según se comentaba era maravilloso, vino a sustituirle Él
Padre Orellana que vitalidad tenía, daba gusto verlo que agilidad,
como aprovechaba cualquier montículo bien fuera natural o
artificial para que los fieles lo viesen y poder transmitir sus
oraciones y sus plegarias a la Santísima Virgen de Fátima.
Siempre nos
acordaremos de estos maravillosos Sacerdotes que se les notaba que
estaban consagrados a su vida religiosa.
Él día
que salía la Virgen se notaba gran afluencia de público que se
trasladaban de la ciudad de Granada, muchas personas que todos los
años acudían por estas fechas él día grande de la Patrona de la
Barriada, cuando se recogía Nuestra Señora en su Iglesia que era de
forma rectangular y provisional aunque estuvo ubicada allí varios
años. En la actualidad tiene un Santuario muy bonito un poco
retirado de su antiguo emplazamiento, aunque en este lugar las
distancias son relativamente cortas.
Siempre
venían las atracciones con tiempo suficiente para su instalación
para esos días esperados por los vecinos, las barquillas era una de
las atracciones que tenían más éxito sobre todo algunos chavales
que eran muy intrépidos y no les daba miedo de aquellas que daban
totalmente la vuelta, para eso con unas cadenas le sujetaban los pies
y las manos, nada más que verlos daba miedo, yo nunca me subí en
ninguna de ellas le tenía demasiado respeto y no había ninguna
necesidad de demostrar nada importante. Estaban cercadas por una
valla de madera en su totalidad siempre habría cuatro o cinco
barquillas y dos de ellas eran las que daban la vuelta completa.
Al lado de
ellas solían poner la caseta de escopetillas de perdigones, aquí si
me lucía yo bien, algunas veces el dueño me llamaba la atención con
idea de que no siguiera tirando ya que no fallaba mucho y eso al
negocio le venía bastante mal.
La tómbola
es otra de las atracciones que tampoco me gustaba mucho ya que para
eso nunca he tenido mucha suerte, entonces si no te llevas
prácticamente nada importante. ¡Para que seguir sufriendo! Cuando a
lo mejor el amigo que estaba con uno, gastándose la misma cantidad
éste no podía transportar él sólo lo que llevaba ganado.
Pero la
atracción que se esperaba con más fervor todos los años es cuando
se anunciaba que el que venía para amenizar el baile era “PAQUITO
RODRÍGUEZ Y SU ORQUESTA”, con que primor se hacía todo para que
el gran canta-autor estuviera contento y satisfecho del escenario que
le habían proporcionado los vecinos de la Barriada para que interpretara
con esa voz prodigiosa esas canciones maravillosas refiriéndose
sobre todo a su querida GRANADA. Las personas cómo él, nunca mueren
siempre estarán en la mente de todos los que tuvimos el gran privilegio
de conocerlo y de saborear esas letras que le llenaban a uno el alma
y el corazón de oírlas, que paso-dobles cómo se le veía esa
veteranía encima de un escenario. A los componentes de la orquesta también se le notaba
cómo le gustaba lo que cantaba su ídolo; sobre todo al que tocaba
la trompeta, ¡Que bien suena una orquesta en una noche
estrellada, cuando la luna se asoma, para escuchar los acordes de un
jilguero de la melodía!
El recinto
dónde se ubicaba todos los años era en la misma zona, dónde había seis
o siete viviendas a lo largo, con ochenta metros aproximadamente por
siete u ocho de ancho. Lo hacían a conciencia para que no fuese
ningún intruso a entrar al baile sin pagar, para eso las dos
entradas las cubrían con las ramas de las palmeras que además de
resultar bonitas ya le daban un arreglo, a los referidos
árboles hasta otro año. En la entrada principal iba ubicada la
barra del bar y con las ramas de las palmeras hacían arcos y todo
muy bien acondicionado. Las dos o tres noches que había baile ya le
duraba a uno hasta otro año, aunque de vez en cuando nos juntábamos
un grupo de amigos y hacíamos guateques en algunas de las viviendas
que eran grandes y se podían adaptar para esos menesteres.
Les doy las
gracias a esos incondicionales que nos hacían la vida un poco más
agradable dejando que en sus domicilios nos pasáramos un rato ameno
y divertido, no recuerdo si en aquellas veladas salió algún romance
para contar, sino fue así por ganas no sería, porque había chavalas
muy guapas aunque la barriada en aquellos tiempos era demasiado
reducida.
Con
posterioridad a aquellos años la ubicación del baile fue cambiando
de lugar yo que recuerde no fui a ninguna ya nos habíamos ido de la
Barriada y no le encontraba el aliciente. Cómo en los años que me
he referido y cada vez se fue deteriorando más, ya que las personas
que tenían ilusión de hacer algo al no tener el apoyo vecinal
desistieron en su empeño. Y hoy en día aunque no estoy muy
informado sólo se celebran los actos religiosos, que algunos de
ellos llevan asistiendo muchos años, bien por promesas, porque se
conocieron allí o porque simplemente les gusta asistir a los actos
religiosos, cada persona somos un mundo y cuando no se le hace daño
a nadie, cada cual debe hacer lo que le apetezca.
Francisco
Domínguez.
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