¿¡Cuantos calificativos, podríamos poner para justificar lo que es la vida!?
Hay imnumerables formas de decirlo, pero el llevarlo a la práctica es casi imposible. Ni siquiera acercarse a pronunciar una oración, que tiene una inmensa capacidad, para poder resumir en pocas palabras lo que significa y lo que podríamos sacar en concreto; si realmente llegaramos a comprender el significado de lo que queremos averiguar.
Es como si dijéramos un lugar, aunque no lo podemos especificar de esa forma. Porque no es un trozo de tierra ni de cielo. Es algo, que al decirlo de esa manera, se piensa en lo que pueda ser, pero que no se puede llegar a nada en concreto, buscando esas realidades que tampoco lo son.
No es una materia viva, sino una forma que los humanos la queremos distinguir; de algo que nos interesa saber sin profundizar mucho, en lo que realmente pudiera significar, pero que nos interesa analizar, para llegar algún día a comprender lo que queremos buscar de ella.
Podríamos decir: ¿Qué es la vida? ¿De los seres que habitan en ella? Y deberíamos poner más energía positiva, para que esa palabra tan maravillosa se hiciera cada día más grande y hermosa. Y la disfrutáramos todos como parte integrante de la misma; sabiéndola cuidar, mimar y mirar por ella, para que no se desintegre y deje de existir.
Francisco Domínguez.
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