Cuanto
casos, o ejemplos no se pueden dar, para definir la HIPOCRECÍA HUMANA.
Son
innumerables, voy a tratar de relatar uno; que suele darse con mucha
frecuencia. En las grandes superficies da igual que vaya uno o no,
aquí pasa uno desapercibido, en cambio, tenemos un ejemplo que suele
darse muy a menudo. Por costumbre y además porque nos coge cerca
de nuestro domicilio suele haber por lo general algunas tiendas
pequeñitas, las defino así, porque realmente si hay tres personas
en el lugar, la cuarta casi que no puede meterse, no se dan muchos
casos de estos y más hoy en día, pero a lo que queremos relatar.
Unos días compramos algún producto que se nos olvidó de hacerlo,
en esa gran superficie que vamos con frecuencia, y para eso que por
cierto, nos va muy bien el tenerla a mano, está esa otra que parece
de juguete si la comparamos con los otros establecimientos o
supermercado. Bueno, que paramos allí casi siempre, para hacer una
comprilla de última hora por olvido, o porque según algunos, hay
que darle de comer a las personas que están trabajando en estas tiendecillas tan pequeñitas, que también tienen derecho a que puedan vivir en su reducido negocio. De camino, ya se van conociendo a los vecinos de
la zona; gente del barrio, que de otra forma, es una buena terapia,
el relacionarse con las personas que tiene uno a su alrededor, y que
debe uno estrechar esos vínculos de amistad tan provechosos y que por desgracia cada vez cuesta más el poder relacionarnos con nuestros convecinos, por la falta de tiempo que a veces tenemos y que deberíamos tener en cuenta que es más importante el comunicarse que ver cualquier programa en TV., por muy interesante que pueda ser, las relaciones humanas deben estar por encima de toda esta basura que a veces nos quieren meter.
Los buenos vecinos son importantisimos en la vida de cualquiera de nosotros y no debemos de olvidarlo nunca.
¿En algunos momentos nos pueden sacar de cualquier apuro que tengamos? ¡Los programas de TV. No!
Los buenos vecinos son importantisimos en la vida de cualquiera de nosotros y no debemos de olvidarlo nunca.
¿En algunos momentos nos pueden sacar de cualquier apuro que tengamos? ¡Los programas de TV. No!
Ya se me había ido el hilo de lo que pretendía decir anteriormente, a lo que se refiere de dejar de visitar dicho
comercio por las circunstancias que sean, que no es cosa de enumerar
ahora; la cuestión es que si vuelve uno a los pocos días ya
empiezan los comentarios ¿Que pasa vecino, creíamos
que le pasaba algo, como
lleva unos días, sin venir por
aquí?, claro
como es natural ya debe uno disculparse por la ausencia de esos días;
y otra vez empieza a marchar bien, la cordialidad, pero con el
tiempo, y ya que va uno conociendo al personal y se habla de
muchas cosas, pues porqué no va a salir a relucir la tiendecilla,
la cual hace un servicio muy bueno, a los que vivimos cerca de ella.
Pero con la persona con la cual estamos hablando nos dice, que ésta
tienda es bastante más cara que otra que la tenemos una calle más
abajo; como es natural, siempre vamos a ahorrarnos algún dinero, y
por supuesto dejamos de ir a la que tenemos al lado. En
este caso, ya ni nos mira el dueño, y si lo hace da la sensación que
tenemos alguna deuda con él.
Que
desagradable son estos casos, y que mal se pasa, perdiendo una
amistad; por ahorrarse un euro.
Francisco
Domínguez.
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