CONTROL
MENTAL:
CAPÍTULO
V
Cuando
llegaron todos los que nos teníamos que reunir en aquel lugar para
empezar el Segundo
Curso, la compañera,
que había estado a mi lado, cuando el Profesor dijo aquello de mi
Padre, no dejaba de observarme.
Entramos
dónde teníamos que hacer los ejercicios y el Profe, nos estuvo
dando unas charlas muy bonitas e interesantes. Me alegré mucho, de
haber tomado esta decisión tan acertada y productiva.
Una
vez, que terminó de hablar, nos advirtió nuevamente, de que nos
íbamos a relajar cómo en el Primer Curso.
Ya
lo hicimos con mucha más facilidad. ¡Siempre se suele decir que la
Veterinaria es un Grado! Y es verdad, recuerdo que antes de que
terminara de relajarnos, la persona que con tanto acierto llevaba
nuestro aprendizaje, yo ya estaba con MI PADRE HABLANDO.
MI
PROGENITOR se había ido hacía un par de años a ese lugar, dónde algún día iremos los
demás.
Tuve
una charla Maravillosa con Él. Lloramos en varias ocasiones. Y tanto
él Profe, como alguno de mis compañeros estaban preocupados por mis
reacciones durante la relajación. Porque en vida de MI PADRE no se
había producido una relación muy fluida entre nosotros.
ESTE
CONTROL MENTAL me permitió tener un mayor acercamiento hacía él. Y
toda esa amargura tan grande, que había tenido desde el momento en
que él Falleció, se fue diluyendo poco a poco.
LA
DEPRESIÓN QUE COGÍ, CUANDO ÉL DESAPARECIÓ DE NUESTRAS VIDAS, NO
SE LO DESEO A NADIE. Y GRACIAS A ESTOS EJERCICIOS DESAPARECIÓ
COMPLETAMENTE.
Francisco
Domínguez.
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