EL PARAISO TERRENAL:

  Siempre hemos sabido que el paraíso existía, aunque mirábamos por todos lados y no lo encontrábamos, Gracias a los medios de comunicación sí sabemos donde se encuentra. En lo poco que hemos visto se puede comprobar que tiene que ser un lugar maravilloso; ahora eso sí hecho de Cristal y Hormigón, tiene que ser algo espectacular ¿Hasta donde puede llegar el Ser Humano cuando quiere y desea crear una MARAVILLA MUNDIAL? Admiro a esas personas que se sacrifican en bien de los demás y el suyo propio; cuantos calentamientos de cabeza, no les habrán acarreado para poder llegar a conseguir, lo que ya   tienen  y hacen muy bien en hacerlo, esto lleva Consigo Muchísimos Puestos De Trabajo, de Gente Cualificada, no todos pueden tener un Cargo Importante en estas Instalaciones que se están creando, ya que con los CAMELLOS, danzando por estos lugares, nunca lo hubieran conseguido.

  Siempre hay que Admirar a ciertas personas que habilitando un pedazo de Tierra inservible en muchos aspectos se pueda utilizar en beneficio de todos.

Para hacer todo esto se necesitan muchos Miles de Millones de Dólares y de Dónde lo Sacamos; Pues de donde se sacan todas las cosas Buenas, de la Naturaleza ¿O es que el Codiciado Petróleo no sale de Ahí? Pero tenemos que tener presente, que con el Despilfarro que tendrán en otros lugares, llegará a Agotarse y hay que pensar en otras alternativas.

  A lo que nos estamos refiriendo desde el principio; ese dinero está pero que muy bien Gastado, pero no sólo podemos pensar lo que estamos haciendo dentro, lo que hay fuera tiene muchísima más importancia, que lo del interior. Si, seguimos CONTAMINANDO, DE ESA FORMA TAN EXAGERADA Y TAN BRUTAL SIN IMPORTARNOS NADA. LLEGARÁ EL MOMENTO QUE TODO LO QUE ESTAMOS HACIENDO SE DERRUMBE COMO UNA TORRE DE NAÍPES, POR LA SENCILLA RAZÓN, DE QUE NO HEMOS QUERIDO, O NO NOS HA APETECIDO, CUIDAR LA PARTE DE FUERA. ¿SÍ LA PARTE EXTERIOR DEL PLANETA? PARA QUE TODO LO QUE HEMOS HECHO Y ESTAMOS HACIENDO EN EL INTERIOR SIGA SU RUMBO. CON PROSPERIDAD.

Francisco Domínguez.