LOS PIRÓMANOS.CP.DOS.

LOS PIRÓMANOS

LOS RESENTIDOS:

CAPÍTULO II

Cuantos Cobardes tiene por desgracia la Sociedad, esos que se piensan, que son el ombligo del mundo y se creen con todos los derechos.

¡Que vosotros no me habéis invitado porque no os a dado la gana, a coger setas en el monte!

¡Habéis aprovechado el momento en que yo salía del bar; para poneros de acuerdo y dejarme fuera de la reunión! ¡Pues lo vais a pagar bien Caro!

¡Me he enterado de Chiripas, que pensabais ir a la Montaña de Excursión con las Familias y no habéis contado conmigo! ¡Acaso no soy vecino vuestro y además de la pandilla! ¡O es que me tenéis miedo por algo! ¡Os he defraudado alguna vez! ¡Pienso que todos vosotros estáis hartos de mí!

Éstas observaciones y algunas más son suficientes, para que Ese Ser; Tan Despreciable Y Repugnante De la Sociedad, Se Tome La Revancha De Lo Que En Su Mente, Está Amasando Para Llevar A Cabo, Ese Crimen Tan Ruin Que Pone En Entredicho La Clase De Sujeto Al Cual Nos Estamos Refiriendo.

LOS PROFESIONALES:

Todos son peligrosos, pero tratándose DE ESTOS NO ME SALE NINGÚN TÍTULO en los cuales los pueda Catalogar, no se merecen vivir en nuestra Sociedad, el castigo que les daría; sería llevarlos a algún Desierto y que aprendieran a quemar las piedras que encuentren y la Arena.

Cómo puede salir, del Vientre de una Mujer, un Ser tan Despreciable y tan lleno de Odio para la Sociedad en la cual vive, ¡Que le han hecho para que se comporte como una Fiera Salvaje! Es que no tiene ningún sentimiento que pueda Subsanar esos conceptos tan despreciativos que le tiene a sus semejantes o acaso lo han mandado de otro Planeta para Destruir El Nuestro.

No sabemos que pensar, cuando se encuentra uno con un Ser por llamarlo de alguna forma; tan poco comunicativo con los demás. Acaso la vida lo a maltratado mal y ÉL se Revela; con el que no tiene ninguna culpa y además pensando que no le puede hacer daño.

Estos Asesinos del Medio Ambiente No tienen ningún derecho de estar en Ninguna Sociedad. SON LA ESCORIA, Y NO SON DIGNOS DE VIVIR ENTRE LOS QUE PENSAMOS MUY DIFERENTE A ELLOS.

Francisco Domínguez.