AMAS DE CASA.CP.CINCO.

AMAS DE CASA A LO LARGO DE LA HISTORIA:

CAPÍTULO V

  La vida le ha ido cambiando, Favorablemente a las Mujeres en el transcurso de los años, debido a desempeñar dentro de la Sociedad; otra Faceta muy diferente a la que tenía anteriormente.

Cuando han cogido las riendas y han hecho los mismos trabajos que los hombres.
  En ese Momento Crucial es cuando han ido cambiando muchas tareas, que antes tenían por así decirlo la obligación de asumirlas.

¿Qué Esposa iba a tener el Valor, en otros tiempos de decirle a su Marido, que no tenía Ganas de hacer esto o aquello? ¡Eso era impensable! Y difícil de comprender o creer.

Todavía les queda mucho Camino por Recorrer. Pero son conscientes de ello y lo conseguirán. 
 No debemos, ni podemos hacernos los Remolones y dejar que ellas lleven la Carga, de todo lo que concierne al Hogar Y Los Hijos. 
 Nosotros tenemos las mismas obligaciones, que ellas y debemos ayudarle en lo que podamos.

  Hace ya bastante tiempo Ellas mismas, se dieron cuenta y reconocieron que si no nos ayudaban a comprenderlas y a enseñarnos para realizar los Trabajos del Hogar. 
  Nosotros no les íbamos a decir que lo hiciesen, por la sencilla razón de no tener esa responsabilidad, tan grande que no sabíamos como afrontarla, porque tampoco nos la habían explicado.

  Hoy en día que hombre, no sabe por lo menos hacerse algo para comer en casa.

Antes era impensable el imaginárselo. Pero todo va cambiando, con el paso del tiempo y podemos decir en estos momentos que ya no tenemos vergüenza de ir a un Supermercado y decirle al dependiente, que quiero este producto o aquel.

Que mal lo pasaba uno antes, cuando le decía LA ESPOSA, mañana vas y compras en la tienda esto o lo otro; mientras que no tenía uno que pedir cualquier alimento al Dependiente, todo marchaba sobre ruedas.
 Pero si tenía uno que intervenir ya le cambiaba hasta el carácter, que mal se pasa cuando no se tiene la agilidad y el desparpajo para pedir algo, que le interesa a uno adquirir. 
  Con el tiempo todo eso va cambiando y ya no se recuerdan esos momentos tan amargos y desagradables, que tenía uno que pasar, por darle Miedo, de pedir algo que le hacía falta comprar.

Francisco Domínguez.