martes, 23 de febrero de 2016

LAS AMAS DE CASA.CP.DOS.

LAS AMAS DE CASA A LO LARGO DE LA HISTORIA.
CAPÍTULO II
  De regreso otra vez a casa, después de haber dejado los trapos al cuidado de una amiga, iba con el Niño y unas veces lo llevaría un trozo del camino andando y la mayor parte del tiempo en brazos, para aligerar más y hacer la comida, ya que regresaba su Marido del trabajo.
  ¿Y ESO NO ERA TRABAJAR? Cuando llegaba el Esposo y le ponía la comida en la mesa, ella le contaba los pormenores de la mañana lamentándose y con razón de lo que tenía que pasar para hacer la colada.
SI ÉL ERA COMPRENSIVO la consolaría y seguramente le diría: 
  Me lo tenías que haber dicho anoche.
  De que pensabas ir a lavar hoy y entonces lo hubiéramos dejado para otro día y te habría ayudado a llevar a nuestro Pequeñín y la Cesta de la ropa en la bicicleta.
  Y no tendrías que haber venido con tanta premura hacer la comida.
 Además, si algún día te surgen esto, con que me dejes una nota, es suficiente. Ya comeré  lo que pille y no debes de preocuparte por nada.
 Pienso que la vida irá cambiando en todos los aspectos y con el tiempo tendremos más tranquilidad y menos trabajo, para realizar las tareas cotidianas.
  ¡SI HUBIERA SIDO UN MACHISTA! Le hubiera dicho: ¨No sé porqué me cuentas esas cosas¨. 
  ¿Qué quieres, que después de estar todos los días trabajando cómo un Negro? 
 ¿Pierda un rato de mi descanso el fin de semana?    ¿Para llevar al Niño en la bicicleta y la cesta de la ropa al río para que laves? ¡Pues no faltaría más! ¡Acaso tienes que hacer alguna cosa durante el día! ¡Para que me calientes la cabeza con esas tonterías!
Francisco Domínguez.

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