viernes, 19 de febrero de 2016

SALIDA EUROPA DEL ESTE.CP,VIII.

SALIDA A EUROPA
CAPÍTULO VIII

  No recuerdo el tiempo que transcurrió en que llegara la Policía Bielorrusia pidiendo los Pasaportes Famosos, para comprobar si estaban en regla. Pero ese requisito lo teníamos, nosotros ya en regla y no nos preocupaba lo más mínimo el que llegasen a mirarlo, cuando llegó me miró, claro para comprobar si el documento era el mío o el de otro familiar, bromas aparte, porque aunque han pasado ya algunos años, siempre recordaremos estas vivencias, tan desagradables para quien las padece, aunque luego se ve uno recompensado con creces, por otras circunstancias muchísimo más agradable. Y ESTAS SON LAS QUE NO SE DEBEN DE OLVIDAR.
Cuando llegaron tanto el Pasaporte de mi esposa como él mio, todo como tiene que ser, sin problemas y nada, a seguir descansando en el Coche Cama y disfrutando del viaje.
Cuando quedaba para llegar a la Capital de Bielorrusia Minht hora y media o dos horas y ya se veían las claras del día, recogimos las camas y nos preparamos para el feliz acontecimiento no sin antes, estar observando esos Maravillosos Paisajes que La Naturaleza Nos Brinda con tanto Esplendor: una vez que llegamos y se paró el Tren, tenía que pasar algo más para seguir narrando esta historia tan llena de episodios como si se tratase de una Novela; yo estaba en la puerta del vagón y cogí la Maleta Grande, esa que decía yo que llevaba la cría del Elefante y claro al levantar-la para bajarla del Tren salió la maleta despedida y me quedé yo con el Asa de la misma en la mano, gracias a que no pasaba en ese instante nadie, pero me llevé un gran susto. En estos últimos tiempos es que hacen las Maletas para que siga uno cambiando de Modelos con Frecuencia.
En la Estación estaba esperándonos uno de sus hijos, por cierto, el que se iba a Casar en un par de días; después de todos los contratiempos que tuvimos que pasar ya estabamos  más tranquilos de pensar que habíamos llegado a tiempo de una fecha tan importante. Como era la Boda de su hijo, después de saludarnos y por supuesto él abrazar a su Madre nos pusimos en camino y nos fuimos al domicilio de una de las hermanas de mi Esposa; cuando llega uno después de un tiempo sin ver a cualquier familiar y más si es una hermana, que pellizco se te coge en la boca del estómago de esa ansiedad; por el tiempo transcurrido, de no haber podido estar, con ese Ser Tan Querido.
Después de dejar todos los bártulos y descansar un poco nos aseamos y nuevamente nos pusimos en marcha para ir a visitar a la Novia de su hijo. Para el trayecto cogimos el Metro, que velocidades tan enormes alcanzan estos transportes da miedo, pero a la vez son imprescindibles para largos recorridos ¨Y FUERA CONTAMINACIÓN¨, una vez que llegamos a la parada que teníamos previsto nos bajamos de dicho transporte y cuando íbamos saliendo al exterior estaba lloviendo y pegué un resbalón por la escaleras que subían a la Avenida y me caí, enseguida se acercaron algunos chavales para ayudarme, pero al ver que tenía compañía, se despreocuparon, al darse cuenta que tenía la ayuda que me faltaba, en ese momento, Mi Esposa me socorrió y me preguntó que me había pasado, yo le dije que me he resbalado, entonces ella muy guaso-na me bromeó y me dijo: si no estuvieras mirando tanto a las chavalas seguro que no te hubiese ocurrido nada, esta broma me la gastaría como quitando-le peso al asunto. Después de este percance estuvimos en la casa de la Novia del hijo, cuando terminamos a lo que habíamos ido regresamos otra vez a donde habíamos estado anteriormente; en casa de su hermana, ya le estuvimos contando el episodio, me vendaron la mano y acto seguido nos acercamos nuevamente a la Estación de Ferrocarril para coger el tren que nos llevaría a otra ciudad, que era la de nuestro  destino.

Francisco Domínguez.

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