SALIDA
A EUROPA
CAPÍTULO
VIII
No
recuerdo el tiempo que transcurrió en que llegara la Policía
Bielorrusia pidiendo los
Pasaportes Famosos, para comprobar si estaban en regla.
Pero ese requisito lo teníamos, nosotros ya en regla y no nos
preocupaba lo más mínimo el que llegasen a mirarlo, cuando llegó
me miró, claro para comprobar si el documento era el mío o el de
otro familiar, bromas aparte, porque aunque han pasado ya algunos
años, siempre recordaremos estas vivencias, tan desagradables para
quien las padece, aunque luego se ve uno recompensado con creces, por
otras circunstancias muchísimo más agradable. Y ESTAS SON LAS QUE
NO SE DEBEN DE OLVIDAR.
Cuando
llegaron tanto el Pasaporte de mi esposa como él mio, todo como
tiene que ser, sin problemas y nada, a seguir descansando en el Coche
Cama y disfrutando del viaje.
Cuando
quedaba para llegar a la Capital de Bielorrusia Minht
hora y media o dos horas y ya se veían las
claras del día, recogimos las camas y nos preparamos para el feliz
acontecimiento no sin antes, estar observando esos Maravillosos
Paisajes que La Naturaleza Nos Brinda con tanto Esplendor: una vez
que llegamos y se paró el Tren, tenía que pasar algo más para
seguir narrando esta historia tan llena de episodios como si se
tratase de una Novela; yo estaba en la puerta del vagón y cogí la
Maleta Grande, esa que decía yo que llevaba la cría del Elefante y
claro al levantar-la para bajarla del Tren salió la maleta despedida
y me quedé yo con el Asa de la misma en la mano, gracias a que no
pasaba en ese instante nadie, pero me llevé un gran susto. En estos
últimos tiempos es que hacen las Maletas para que siga uno cambiando
de Modelos con Frecuencia.
En
la Estación estaba esperándonos uno de sus hijos, por cierto, el
que se iba a Casar en un par de días; después de todos los
contratiempos que tuvimos que pasar ya estabamos más tranquilos de
pensar que habíamos llegado a tiempo de una fecha tan importante.
Como era la Boda de su hijo, después de saludarnos y por supuesto él
abrazar a su Madre nos pusimos en camino y nos fuimos al domicilio
de una de las hermanas de mi Esposa; cuando llega uno después de un
tiempo sin ver a cualquier familiar y más si es una hermana, que
pellizco se te coge en la boca del estómago de esa ansiedad; por el
tiempo transcurrido, de no haber podido estar, con ese Ser Tan
Querido.
Después
de dejar todos los bártulos y descansar un poco nos aseamos y
nuevamente nos pusimos en marcha para ir a visitar a la Novia de su
hijo. Para el trayecto cogimos el Metro, que velocidades tan enormes
alcanzan estos transportes da miedo, pero a la vez son
imprescindibles para largos recorridos ¨Y FUERA CONTAMINACIÓN¨,
una vez que llegamos a la parada que teníamos previsto nos bajamos
de dicho transporte y cuando íbamos saliendo al exterior estaba
lloviendo y pegué un resbalón por la escaleras que subían a la
Avenida y me caí, enseguida se acercaron algunos chavales para
ayudarme, pero al ver que tenía compañía, se despreocuparon, al
darse cuenta que tenía la ayuda que me faltaba, en ese momento, Mi
Esposa me socorrió y me preguntó que me había pasado, yo le dije
que me he resbalado, entonces ella muy guaso-na me bromeó y me
dijo: si no estuvieras mirando tanto a las chavalas seguro que no te
hubiese ocurrido nada, esta broma me la gastaría como quitando-le
peso al asunto. Después de este percance estuvimos en la casa de la
Novia del hijo, cuando terminamos a lo que habíamos ido regresamos
otra vez a donde habíamos estado anteriormente; en casa de su
hermana, ya le estuvimos contando el episodio, me vendaron la mano y
acto seguido nos acercamos nuevamente a la Estación de Ferrocarril
para coger el tren que nos llevaría a otra ciudad, que era la de
nuestro destino.
Francisco
Domínguez.
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